Trago corto
…y el miedo se disipó, evaporado entre copas de vino. Las excusas de adolescente se...
…y el miedo se disipó, evaporado entre copas de vino. Las excusas de adolescente se diluyeron y las risas ahogaron a los pretextos del inseguro y a las dudas del indeciso.
…y la charla se tornó afilada y el ingenio ágil y el juego astuto, intentado no romper nada.
…y el momento fugaz y la tarde breve y las ganas en aumento.
…y en tiempo de descuento decidiste que no errabas si me lo ponías fácil.
…y tu saliva, tu saliva como un trago bien servido: corto y con carácter.
Escuchando: mi risa sorda y canalla
Autor: yo mismo
Inconsistente y demente, desvariada y oscilante, me despreciaste sin celo, pensado que eras miel y yo asno.
Zafia, que de ridículo atuendo quisiste calzarme sin saber que el diablo se esconde en los detalles, esos que aún no identificas.
Zafia y no es falta sino coherencia, porque mis canas me avalan y ya he conducido maquinaria pesada.
Zafia, porque a base de fuerza, exigencias y vehemencia no logras sino hastiarme, ahogarme, deslucir tu poco brillo y alejarme.
Zafia y no es por mi ego, es porque ya he conocido a muchas raposas, me sé la fábula de memoria y en este cuento, acabarás despreciando las uvas que no has podido alcanzar.
…y mientrastanto, yo me seguiré riendo.
Escuchando: Fuck yourself
Autor: Frank Zappa
De etílica excusa se embadurna mi pose que silencia más que enuncia y que otorga más que omite.
Canalla actitud la que me indulta, o al menos lo intenta, con inocente artificio y exigua careta. Y no sin recelo, auyento al vigía de mi sensatez, bajo el pretexto de la embriaguez, con la bula del borracho que sincera su ego y advierte a su juicio que tal vez no quiera reconocer que es más débil que un junco y que cede más de lo que su arrogancia pretende cimentar.
Omito mis falsos preámbulos y excuso a mi serenidad, que arduo esfuerzo me dedica y abro la exclusa de mi sensatez al flujo de mi fatua firmeza, para romper mis principios, para asumir que has vencido mis miedos, para reconocer que has burlado mis defensas.
¿Y ahora qué hago, coraçao?
Escuchando: Voy a perder la cabeza por tu amor
Autor: feat. Enrique Bunbury
«Dejé de insistir y comprobé quien sostenía el vínculo»
…y en un juego de egos, una apuesta con mi voz interior, un lapso de lúbricas intenciones, un tropiezo en la rectilínea de mis disciplinas, restalla una serendipia que ninguno esperaba. No sin sorpresa se conjugó lo inesperado y aunque lo niegue a pecho palomo, un hilo de curiosidad me ata a la expectativa.
Y sin embargo, mi atención y cortesía se paga con aséptica distancia y formalidad de un conocido evadible. Te sientes más dura que yo (y no hay interrogantes).
Ridícula pose, flor de lís, porque en este negocio soy más viejo que tú, con el ingrato virtuosismo que ello conlleva.
Escuchando: Alicia (Expulsada al país de las maravillas)
Autor: Enrique Bunbury
Dejando la puerta entreabierta, te marchas mirando hacia atrás, con la elíptica intención de no querer alejarte. Como el anhelo de un futuro que no quiere ser pretérito y sin embargo, se diluye en el presente sin apenas darse cuenta.
Sé que me mientes, porque tus medias sonrisas son tus medias verdades, hilvanadas sin mucho acierto y torpemente enunciadas, dubitativa, titubeante porque ni tú te las crees. Y en mi camino, con los bolsillos llenos de dudas, seguiré sin entender tus razones, tus excusas y argumentos, carentes de mi lógica, vacíos de mi sentido e incoherentes por sí mismos.
Sembraste dudas con semilla de respuesta y nuestro último beso sonó a pausa con deseo de secuela. Tu saliva me brindó sabor a incertidumbre y el tacto de tus labios, calor de interrogación. Y ahora mi sino es elidirte, omitirte, borrarte, pero ni quiero ni sé olvidarte y aunque a la fuerza ahorcan y mi soga apriete, me quedo con tus besos, tus medias sonrisas y treinta días de dulce engaño. Princesa.
Escuchando: Sí (nueva versión)
Autor: Enrique Bunbury (gracias por prestarme algunas de tus palabras)
No te pedí un pacto, ni siquiera lo insinué, tan sólo buscaba aplacar las dudas que me atormentaban y me regalaste una declaración de principios con nocivos finales.
Pudiste elegir el camino de la honestidad, pero optaste por un órdago que no has sabido sustentar y ahora, a la postre de tus propuestas, me repites que te intereso… y tal vez sólo sea eso, interés.
Sin premeditación pero con torpe alevosía, me has regalado la serendipia que yo no buscaba, ni deseaba, ni esperaba y ni siquiera pensaba que así pudiera ser. Porque confiaba en tus palabras, en tus “principios”, en tu sinceridad, en tus reflexiones acariciándome las manos… en tus mentiras disfrazadas de ingenuidad.
Sin derecho alguno a exigirte, pero con todo el privilegio de mi opinión, ahora he visto la realidad de tu desidia y postulo: no eres despistada, eres muy limitada.
(rabia y dolor a partes iguales)
Escuchando: Live to Rise
Autor: Chris Cornell (Soundgarden)
…me beberé mis palabras, engullendo las que no te diré. A tu salud recordaré el sabor de tu saliva y el de tus labios. A tu salud, me morderé los míos, deseando recorrer de nuevo tu cuello, hasta caerme en tu ombligo.
Por tu salud hilvanarás una vacua excusa, sin sentido y sin interés, que insultará, de nuevo, mi deshilachada paciencia. Inventarás prioridades en las que, por supuesto, ni quepo ni se me espera. Y de nuevo, volveré a imaginarte, pero sin verte.
Por mi salud, fingiré indiferencia, apretaré los dientes y mostraré entereza y firmeza férrea. Apagaré mis emociones, bajo un ego sereno, medido y sin ambages, porque si algo sé hacer bien, es tolerar los envites de mis desaciertos.
Y en detrimento de mi salud, miraré hacia arriba a mi izquierda, recordando tu aliento en mi oreja, tus manos en mi espalda, tu media sonrisa y tus ojos a un suspiro de los míos. Y en un error de mis cábalas, viraré hacia la derecha, imaginando tu espalda contra mi pecho y mis ganas de besarte la nuca, aunque sólo sea una mañana.
Porque en el fondo, no soy tan analítico.
Escuchando: mis dientes rechinando
Autor: tu puñetera culpa
Y la noche se me antojó efímera, nimia, ínfima, con semilla de deseo. Tenue, delicada, frugal, deliciosa como un suave aroma que se sabe liviano y no deja sino una leve caricia en el paladar.
Apuro el vino en tu copa, como un niño que rebaña un dulce consumido y miro perplejo el devaneo de las velas. Me advierto solo, ambiguo, inseguro y aún así sonrío, atesorando tu tacto en mi pecho y tu olor en mis manos.
Mis labios, aún hinchados por culpa de los tuyos, niegan tu ausencia y acusan el sabor de tus besos. No puedes ser fugaz no, ahora ya no.
Escuchando: Uptown funk
Autor: Bruno Mars (feat. Jaimie Cullum)
Ni te buscaba ni te esperaba. Y sin opción al veto, te conviertes en mi premisa equivocada, en un cuento irrealizable, en una quimera de ilusiones fatuas, en un espejismo de sosiego, en la sal sobre una herida permanentemente abierta.
Ni te buscaba ni te anhelaba, ni siquiera te recordaba. Porque a fuerza de sinsabores, he aderezado mis ayunos y he aprendido a tragar zarzas sin que me duelan las espinas. Ahora que ya estaba cómodo.
Ni te buscaba ni te deseaba, ni te quería ni quiero quererte, princesa, porque sé cómo acaban estas fábulas y en mis cuentos, el lobo siempre sale herido.
Y no te buscaba pero ahora te encuentro… y me pierdo, en el azul de tus ojos, en tus medias sonrisas, en esas caricias de las que adolezco y en el agridulce sabor de lo que ya había olvidado hacer: sentir.
Escuchando: Vete de mí
Autor: Bunbury
Aunque te esfuerces en olvidarme, aunque te desvivas y pierdas hasta el criterio, aunque te esmeres en crear un odio dónde nunca lo hubo y tus mentiras te arropen vistiéndote de victimismo. Aunque luches por despreciarme y consigas que otros lo hagan por ti, porque hasta para eso necesitas el beneplácito del respetable.
…y aunque disfraces tu vida de absurda felicidad inventada y aunque gires tu cabeza y mires hacia otro lado cuando en realidad tus exabruptos te delatan, sabes que nunca podrás borrar el pasado.
Deja de agotarte, deja que fluya el aire, deja el odio para quienes nunca han querido, deja de hacer daño… de una vez.
Escuchando: Se me olvidó otra vez
Autor: María Dolores Pradera & Bunbury
Un anhelo sin futuro, una hipótesis sin premisa, un deseo que nunca fraguará porque nunca ha sido real. La angustia sin sentido desborda mi entereza, me deprime y me deshila, me descose y desvanece cualquier recuerdo de mi integridad. Ponzoñosa ansiedad que me intoxica.
Tan sólo una mirada, un gesto, un liviano recuerdo de complicidad, algo que evoque lo que fuimos y creamos, lo que amamos y yo por desgracia aún persigo.
Duele tanto como perjudica y no sin saña juegas a sentirte fuerte. Dulce inocencia en la que te bañas para inundar de indulgencia tus desdenes con soberbia… o al menos, eso intentas.
Pierdo mi línea, me desdibujo sin ser yo mismo y dudo que vuelva a serlo, porque vendí mi figura al mercader equivocado. Me la jugué a un número inexistente y ahora plago de tristeza mis despertares en tu ausencia.
Te sigo sintiendo, corazón.
Escuchando: La chispa adecuada
Autor: Bunbury
Impacto. Te veo, me miras, nos esquivamos, te muestras, demuestras y me sorprendo, no sin desprecio.
Un gesto, un desafío, tu fatuo intento de ser, tu insistencia por exhibir y de nuevo, evidencias tu frágil ego.
Te miro, te observo, esquivo entre apariencias, simulo desidia y me deshago en tus líneas mientras tú me buscas, me miras, finges desdén y evitas encontrarnos.
Me odias… tanto como yo te siento y te detesto, tanto como me añoras y me has llorado, tanto como te engañas y yo dudo.
Me hago mayor pero minúsculo, absurdo y frágil, sin sentido, sin fuerza, apocado e inseguro, incapaz y abatido. Olvidé quien fui para ser quien no quise ser y temo no saber salir de mí. Lo he perdido todo y sin embargo, no soy capaz de olvidarte.
Escuchando: Con el alma en los labios
Autor: Bunbury – Tributos
Cuando te haces más mayor, más sencillo, más sensato,
cuando recuerdas todo el peligro del que venimos,
ardiendo en ascuas, cayendo, tiernos, anhelando los días
sin rendición, tiempo atrás… y bueno, ya sabes.
Así que haz lo que quieras mientras puedas porque todo se ha venido abajo.
Todo lo que siempre quise fuiste tú (aunque lo dudes)
y sí, nunca llegaré al cielo porque no sé cómo hacerlo.
Levantemos una copa, o dos, por todas las cosas que he perdido en ti.
Dime, ¿Están perdidas en ti?
Sólo para que puedas liberarme, después de todo lo que he perdido en ti,
¿Está perdido en ti? Cielo, realmente ¿Está todo perdido en ti?
Desearía poder ver tus maquinaciones y comprender el trabajo de las expectativas en tu mente.
Abrázame como si nunca hubieras perdido tu paciencia.
Dime que me amas más de lo que me odias y que sigues siendo mía.
Corazón ¿Está todo perdido en ti?
Escuchando: Lost on you
Autor: LP (gracias por tu préstamo)
Consciente y sin remordimientos, señalas misivas que pellizcan mi corazón y lo arrinconan sin prejuicios, con alevosía rapaz y con certeza de lince.
Siguiendo una absurda dogma, formulas los enunciados que dañan y afectan por igual, sin piedad ni paños calientes.
Aliteras devaneos, esquivas compromisos y juegas a no ser nadie para pasar de puntillas mientras buscas algo nuevo.
Sé que no me proyectas y ni siquiera te crees la mitad de lo que dices, porque sólo vives tu ficción, tu cuento de cenicienta inventada, tu escudo de fragilidad que te conviene cuando te sientes débil.
Me desequilibras, lo sabes, juegas inconsciente con el calor de mis sentimientos, mientras tramas la siguiente coartada para evitarme. Y sin embargo, cuando anhelas la firme seguridad que te aporta mi presencia, te desmoronas y me llenas de dulzura inventada, para después empujarme al vacío de la incertidumbre.
Y sin razón aparente, sin motivo y sin sentido, me dirás que ya no avanzas, que te detienes con cualquier absurda excusa, porque en realidad no necesitas una excusa y tan sólo has completado un ciclo que ni siquiera debiste empezar. Yo sólo te pedí estabilidad y tú me pagaste con marejada.
¿De verdad me merezco esto?
Te echaré de menos, princesa.
Escuchando: si el dolor sonase…
Autor:
Aún te huelo en mi pecho, en mi sofá y en el aire de mi casa. Sólo diez minutos nos separan y noto la amarga sensación de que hoy se han sucedido muchos más. Me he quedado solo, con el sinsabor de mi desacierto, con la absurda certeza de haberte alejado con torpeza.
Acumulo tus desaires y tus mínimos detalles se me antojan ralos, breves e insuficientes para dibujar una forma, un sentido, una sinergia. Releo tus mensajes, tus palabras y el calor que me transmites, contrapuesto con tu presencia, sin encontrarle sentido a esta vorágine.
Tu supuesta ingenuidad no te absuelve de tus pecados y el dolor que mastico se genera en tu incertidumbre, ancorada en tu juventud, trazando discontinuas y curvas estrechas, que retuercen mi pecho y alteran mi pulso.
Varías tu constante, que se vuelve frívola y voluble, inestable, sin punto de mira ni objetivo visible y excitas mi calma, desordenando mis pautas, desordenando mi vida e incluso mis intenciones.
No puedes jugar de este modo, lo sabes.
Escuchando: Si tú no vuelves
Autor: Miguel Bosé
Con la vana esperanza de disipar las nieblas, te daré los buenos días, deseando tu sonrisa y anhelando un beso imposible.
No sin dolor, tu rechazo se hace evidente y aún sin entender el motivo, tu mirada me esquivará, sorteando la verdad, escondiendo tus ojos de los míos, con la reiteración habitual de tus devaneos.
Y llegará el final, el crujido de mi alma sonará sin reservas, sin medida, sin esperanza alguna, sin contemplaciones y sin remedio.
Si más sabe el Diablo por viejo, mis arrugas estarán a la altura, pero esta vez no quería ser Diablo.
Escuchando: no quiero escuchar nada más
Autor:
De olvidos y desdichas, de angustias y desengaños, de espinas, desilusión y otra vegetación infame está mi jardín infestado… pero esta vez he olvidado darle forma a los setos y no quiero volver a hacerlo.
Y en contra de mis principios, al sotavento de mi propia estela, sin disciplina ni remilgos, me quiero deshacer de este lastre, del yugo de mis quejas, mi depresivo onanismo y el fatuo consuelo de mi forzada independencia.
Ya no quiero un yo, te necesito a ti.
Escuchando: tu respiración
Autor: mi deseo
Y creía que no existías, que sólo eras una fatua ilusión, un efímero destello, una luz fugaz, un etéreo sabor que se pierde en la amargura del despertar.
Y creía estar de vuelta, endurecido, curtido por las desdichas, enaltecido por mis arrugas y a salvo en mi lodazal, acostumbrado a mis costuras y arropado en mi oscuridad, crecido ante la adversidad, porque eso es lo que he aprendido con los años y las deudas, con los dolores en el alma y las heridas sin forma definida
Y creía que te creía, pero ya no creo en nada porque tu mirada me esquiva y tus labios no me aceptan, tus palabras me rechazan y tu piel no me extraña.
…y sin embargo, aún conservo tu voz, tu tacto, tus devanéos de niña, tus propuestas y tu desafío, mi sorpresa, nuestra escena, la incertidumbre y el desequilibrio que propone la duda.
Escuchando: Creep (…y te pido que la escuches)
Autor: Radiohead
Dime por qué has venido, dime quién te ha llamado y dime quién te ha hablado de mis flaquezas, mis debilidades y mis tristezas… porque yo no lo he hecho y no quiero dejar constancia.
Escuchando: mi corazón descompensado
Autor: Tú
[…] Y si ya tengo el agua que me da la lluvia,
si conozco lo grande que me da el cielo,
si ya tengo lo oscuro que me da la noche,
si entiendo lo que pasa cuando arde el fuego.
Si se abren los caminos cuando hay estrellas,
si puedo vivir por lo que cae al suelo.
Si no me falta la esperanza gracias a la mañana.
Yo no necesito poder […]
Delicioso argumento sobre un estilo poco creíble.
Genialidad… o simple devaneo escaparatista de una choni. No lo creo.
Escuchando: Quién manda
Autor: Mala Rodríguez
Me quedo con tu sonrisa, con el pálpito de tu aceptación y la fatua ilusión de poder tenerte. Con las palabras entrelazadas y mi apuesta por distraerte. Con el deseo de acercarte y compartir algo más que el vino. Con la fugaz instantánea burlada por las velas y mi absurdo interés por apagarlas.
Asumo mi pragmatismo y por mucho que lo disfrace, molesta, incomoda y frustra. No eres factible, ni soy tu elemento y noto tus desvíos sobre mis trazos, me siento torpe y arrugado, lejos de tus pesquisas y sin acierto alguno.
Cambias el rumbo de mis sentencias y vistes tus industrias de frivolidad sin raíces, con diplomacia, con distancia, con cautela.
Te desearía si no fuera porque no debo, porque soy viejo, porque ya he visto la piel del chacal y sólo su almizcle ya me ahuyenta. Quisiera quererte pero el salitre de la Galerna me ha enseñado a arriar las velas y buscar la calma tras el espigón.
No pierdas el sueño, no seré una molestia.
Escuchando: El Jinete
Autor: Bunbury
No te he llamado y sabes bien que no te extraño. No eres bienvenido, no siento nostalgia de ti y no parece importarte. Impones tu presencia y me nublas el juicio. Me atormentas y desequilibras ¿Qué quieres de mí?
Escuchando: La chispa adecuada
Autor: Héroes del Silencio
Un efímero abrazo y el deseo de prolongarlo sin saber hasta cuándo, sin normas, sin temores, sin complicaciones.
Regreso a casa y mi desdicha me acompaña, en silencio pero a mi lado, como una sombra que se vierte a mi paso y revive mis lacras, aquellas que olvidé en el cajón de los descuidos, dónde nunca debí mirar y sin embargo, vuelvo abrir para curiosear.
Absurda coincidencia que ambos hemos confabulado, sin intenciones y sin premisas, pero clara, concisa, determinante. Y ahora, la incertidumbre me devora y desoigo a mi conciencia, precavida, sabia, madura a fuerza de desatinos.
¿Querrás tú rectificar las líneas de mis manos?
Escuchando: Flor de loto
Autor: Héroes del Silencio