A tu salud
…me beberé mis palabras, engullendo las que no te diré. A tu salud recordaré el...
…me beberé mis palabras, engullendo las que no te diré. A tu salud recordaré el sabor de tu saliva y el de tus labios. A tu salud, me morderé los míos, deseando recorrer de nuevo tu cuello, hasta caerme en tu ombligo.
Por tu salud hilvanarás una vacua excusa, sin sentido y sin interés, que insultará, de nuevo, mi deshilachada paciencia. Inventarás prioridades en las que, por supuesto, ni quepo ni se me espera. Y de nuevo, volveré a imaginarte, pero sin verte.
Por mi salud, fingiré indiferencia, apretaré los dientes y mostraré entereza y firmeza férrea. Apagaré mis emociones, bajo un ego sereno, medido y sin ambages, porque si algo sé hacer bien, es tolerar los envites de mis desaciertos.
Y en detrimento de mi salud, miraré hacia arriba a mi izquierda, recordando tu aliento en mi oreja, tus manos en mi espalda, tu media sonrisa y tus ojos a un suspiro de los míos. Y en un error de mis cábalas, viraré hacia la derecha, imaginando tu espalda contra mi pecho y mis ganas de besarte la nuca, aunque sólo sea una mañana.
Porque en el fondo, no soy tan analítico.
Escuchando: mis dientes rechinando
Autor: tu puñetera culpa
Y la noche se me antojó efímera, nimia, ínfima, con semilla de deseo. Tenue, delicada, frugal, deliciosa como un suave aroma que se sabe liviano y no deja sino una leve caricia en el paladar.
Apuro el vino en tu copa, como un niño que rebaña un dulce consumido y miro perplejo el devaneo de las velas. Me advierto solo, ambiguo, inseguro y aún así sonrío, atesorando tu tacto en mi pecho y tu olor en mis manos.
Mis labios, aún hinchados por culpa de los tuyos, niegan tu ausencia y acusan el sabor de tus besos. No puedes ser fugaz no, ahora ya no.
Escuchando: Uptown funk
Autor: Bruno Mars (feat. Jaimie Cullum)
Ni te buscaba ni te esperaba. Y sin opción al veto, te conviertes en mi premisa equivocada, en un cuento irrealizable, en una quimera de ilusiones fatuas, en un espejismo de sosiego, en la sal sobre una herida permanentemente abierta.
Ni te buscaba ni te anhelaba, ni siquiera te recordaba. Porque a fuerza de sinsabores, he aderezado mis ayunos y he aprendido a tragar zarzas sin que me duelan las espinas. Ahora que ya estaba cómodo.
Ni te buscaba ni te deseaba, ni te quería ni quiero quererte, princesa, porque sé cómo acaban estas fábulas y en mis cuentos, el lobo siempre sale herido.
Y no te buscaba pero ahora te encuentro… y me pierdo, en el azul de tus ojos, en tus medias sonrisas, en esas caricias de las que adolezco y en el agridulce sabor de lo que ya había olvidado hacer: sentir.
Escuchando: Vete de mí
Autor: Bunbury
Aunque te esfuerces en olvidarme, aunque te desvivas y pierdas hasta el criterio, aunque te esmeres en crear un odio dónde nunca lo hubo y tus mentiras te arropen vistiéndote de victimismo. Aunque luches por despreciarme y consigas que otros lo hagan por ti, porque hasta para eso necesitas el beneplácito del respetable.
…y aunque disfraces tu vida de absurda felicidad inventada y aunque gires tu cabeza y mires hacia otro lado cuando en realidad tus exabruptos te delatan, sabes que nunca podrás borrar el pasado.
Deja de agotarte, deja que fluya el aire, deja el odio para quienes nunca han querido, deja de hacer daño… de una vez.
Escuchando: Se me olvidó otra vez
Autor: María Dolores Pradera & Bunbury
Un anhelo sin futuro, una hipótesis sin premisa, un deseo que nunca fraguará porque nunca ha sido real. La angustia sin sentido desborda mi entereza, me deprime y me deshila, me descose y desvanece cualquier recuerdo de mi integridad. Ponzoñosa ansiedad que me intoxica.
Tan sólo una mirada, un gesto, un liviano recuerdo de complicidad, algo que evoque lo que fuimos y creamos, lo que amamos y yo por desgracia aún persigo.
Duele tanto como perjudica y no sin saña juegas a sentirte fuerte. Dulce inocencia en la que te bañas para inundar de indulgencia tus desdenes con soberbia… o al menos, eso intentas.
Pierdo mi línea, me desdibujo sin ser yo mismo y dudo que vuelva a serlo, porque vendí mi figura al mercader equivocado. Me la jugué a un número inexistente y ahora plago de tristeza mis despertares en tu ausencia.
Te sigo sintiendo, corazón.
Escuchando: La chispa adecuada
Autor: Bunbury
Impacto. Te veo, me miras, nos esquivamos, te muestras, demuestras y me sorprendo, no sin desprecio.
Un gesto, un desafío, tu fatuo intento de ser, tu insistencia por exhibir y de nuevo, evidencias tu frágil ego.
Te miro, te observo, esquivo entre apariencias, simulo desidia y me deshago en tus líneas mientras tú me buscas, me miras, finges desdén y evitas encontrarnos.
Me odias… tanto como yo te siento y te detesto, tanto como me añoras y me has llorado, tanto como te engañas y yo dudo.
Me hago mayor pero minúsculo, absurdo y frágil, sin sentido, sin fuerza, apocado e inseguro, incapaz y abatido. Olvidé quien fui para ser quien no quise ser y temo no saber salir de mí. Lo he perdido todo y sin embargo, no soy capaz de olvidarte.
Escuchando: Con el alma en los labios
Autor: Bunbury – Tributos
Cuando te haces más mayor, más sencillo, más sensato,
cuando recuerdas todo el peligro del que venimos,
ardiendo en ascuas, cayendo, tiernos, anhelando los días
sin rendición, tiempo atrás… y bueno, ya sabes.
Así que haz lo que quieras mientras puedas porque todo se ha venido abajo.
Todo lo que siempre quise fuiste tú (aunque lo dudes)
y sí, nunca llegaré al cielo porque no sé cómo hacerlo.
Levantemos una copa, o dos, por todas las cosas que he perdido en ti.
Dime, ¿Están perdidas en ti?
Sólo para que puedas liberarme, después de todo lo que he perdido en ti,
¿Está perdido en ti? Cielo, realmente ¿Está todo perdido en ti?
Desearía poder ver tus maquinaciones y comprender el trabajo de las expectativas en tu mente.
Abrázame como si nunca hubieras perdido tu paciencia.
Dime que me amas más de lo que me odias y que sigues siendo mía.
Corazón ¿Está todo perdido en ti?
Escuchando: Lost on you
Autor: LP (gracias por tu préstamo)